La carbamazepina (CBZ), un fármaco psiquiátrico, antiepiléptico; mayormente utilizado en la actualidad para tratar enfermedades como la epilepsia y neuralgia del trigémino; es un contaminante emergente, considerado como una fuente importante de contaminación de fuentes hídricas, al no ser totalmente metabolizado por el organismo y ser excretado por vía urinaria y fecal, sin cambios o en forma de metabolitos conjugados.
Estos contaminantes pasan por tratamientos de aguas residuales, sin embargo, los tratamientos convencionales no son capaces de degradarlo, produciendo daños a los seres vivos que habitan y necesitan de este recurso natural para poder sobrevivir. Frente a este problema, el objetivo de esta revisión fue identificar tratamientos biológicos con la utilización de microorganismos (bacterias y hongos) para la degradación de este compuesto recalcitrante. Los microorganismos identificados con mayor porcentaje de degradación de carbamazepina fueron Labrys portucalensis F11 y Trametes versicolor; la primera una bacteria que se adapta a diferentes fuentes de carbono; y el segundo un hongo denominado de pudrición de la madera, que presenta enzimas oxidativas que le permiten degradar una amplia gama de contaminantes emergentes. Trametes versicolor, es el microorganismo mayormente estudiado para los procesos de degradación de carbamazepina, con porcentajes de degradación de hasta el 94% a una temperatura de 25°C y un pH de 4.5.