Con la voluntad de ejercer la negación como acto de divergencia, en este artículo se estructuran argumentos para superar la enseñanza lineal, prescriptiva y positivista de la arquitectura. En este sentido, se reivindica al taller como modalidad pedagógica, como espacio de enseñanza- aprendizaje en la actualidad y como campo de producción de conocimiento proyectual. En las conclusiones, se asevera la pertinencia del taller para la superación de las lógicas tradicionales, en favor de la formación crítica, reflexiva y compleja. Y se promociona la epistemología del diseño, en sinergia con la formación académica y disciplinar, a través de las habilidades del propio pensamiento proyectual, en su orden racional, creativo y narrativo.