“…Según Wallace y Cardinale (1977) las exigencias físicas predominantes en este deporte son la resistencia aeróbica para permitir mejores recuperaciones en un deporte de carácter intermitente, la fuerza explosiva de los miembros superiores e inferiores para conseguir altas velocidades de desplazamiento y lanzamiento, la fuerza máxima y la potencia necesaria en las acciones de contacto contra los adversarios. Todas estas capacidades físicas son importantes para contribuir al alto rendimiento del equipo (Gorostiaga, Ibáñez, Ruesta, Granados e Izquierdo, 2009;Granados, Izquierdo, Ibáñez, Bonnabau y Gorostiaga, 2007;Vilkas, Tubelis y Dadelene, 2005;Zapartidis, Toganidis, Vareltzis, Christodoulidis, Kororos y Skoufas, 2009 De las habilidades motoras específicas mencionadas anteriormente, el lanzamiento es una caracterís-tica fundamental en el balonmano (Fleck et al, 1992;Gorostiaga,Granados, Ibáñez e Izquierdo, 2005;Granados et al, 2007;Granados, Izquierdo, Ibáñez, Ruesta y Gorostiaga, 2008;Marqués, Van Den Tilaar, Vescovi y González-Badillo, 2007;Skoufas, Kotzamanidis, Hatzikotoylas, Bebetsos y Patikas, 2003;Van Den Tilaar, 2004;Van Den Tillar y Ettema, 2003). Los estudios señalan que la magnitud de la velocidad del lanzamiento depende no sólo de la fuerza muscular, sino también de otros factores como la coordinación de diferentes segmentos corporales (Van Muijen, Joiris, Kemper y Van Ingen Schenau, 1991), ya que cuanto más rápido y preciso se lanza el balón, más difícil es poder interceptarlo para los defensas y porteros.…”