“…E-mail: amjimigl@us.es hijos y las hijas, parece que un estilo parental consistente en ambos progenitores es más efectivo y deseable que si es inconsistente (Dwairy, 2010). Sin embargo, a pesar de que durante la infancia la coherencia entre las prácticas y los estilos educativos de padres y madres resulta fundamental (Steinberg, 2001), en la adolescencia esta coherencia o consistencia entre los progenitores resulta menos relevante que las ventajas que puede suponer disponer de, al menos, un progenitor democrático (Fletcher, Steinberg y Sellers, 1999;McKinney y Renk, 2008;Steinberg, 2001).De este modo, los resultados más positivos para los adolescentes se consiguen cuando los dos progenitores son democráticos (McKinney y Renk, 2008;Simons y Conger, 2007;Steinberg, 2001). Pero, en la ausencia de este estilo parental óptimo, tener un progenitor de este tipo puede, en la mayoría de los casos, amortiguar al chico o la chica de las consecuencias perjudiciales asociadas con un menos óptimo estilo parental (Simons y Conger, 2007), ya que la diferencia existente entre el ajuste psicológico y comportamental de los chicos y las chicas con dos progenitores democráticos y el de quienes solo tienen uno, es bastante menor que la diferencia entre quienes tienen, al menos, un progenitor democrático y quienes no tienen ninguno (Steinberg, 2001).…”