El perfil del investigador científico en México está definido por un gran número de funciones y características académicas, las cuales no están limitadas solo al registro en cantidad de productos publicados, sino además, a otras condiciones vinculadas a la calidad. Este artículo, estudia una problemática particular que se ha convertido en un dilema sobre las conveniencias que representa generar conocimiento en la propia lengua (para el caso el español) o pretender lograr que los hallazgos sean comunicados en una lengua secundaria, especialmente, aquella relacionada con el lenguaje dominante de la ciencia (en la actualidad considerado el inglés). El estudio se basa en tres perspectivas fundamentales: (1) la defensa por el uso de la lengua propia con miras a fortalecerla ante el mercado editorial y científico; (2) recurrir al uso del lenguaje dominante de la ciencia para obtener mayor visibilidad y prestigio, considerando con ello, la posibilidad de afrontar distintas limitaciones; y (3) promover el bilingüismo y multilingüismo en las publicaciones, recurriendo, tanto al uso del idioma propio como de otros, siendo esta consideración la menos probable. Todas las posturas ofrecen su propia justificación, teniendo como referencia sus ventajas y desventajas, así como de perspectivas de contribución al desarrollo de la literatura científica.