En las comunidades rurales, enfrentar retos como la pobreza, la desigualdad y el acceso limitado a servicios básicos requiere de estrategias que fomenten el empoderamiento y mejoren la calidad de vida. El trabajo social comunitario, apoyándose en la capacidad intrínseca de las comunidades para superar sus problemas con las herramientas adecuadas, emerge como un método clave para inducir cambios positivos. Este artículo se propuso examinar cómo el trabajo social comunitario puede empoderar a estas comunidades, potenciando su desarrollo y bienestar. Para ello, se desarrolló un estudio con enfoque cualitativo y empleando la revisión sistemática, como principal recurso metodológico. Los resultados revelan que las estrategias de empoderamiento, el fortalecimiento de redes de apoyo y el fomento del capital social son fundamentales para lograr comunidades rurales más resilientes y autosuficientes. Se concluye que el trabajo social comunitario desempeña un papel esencial en la promoción de la justicia social y el bienestar, demostrando ser una herramienta poderosa para el empoderamiento de las comunidades rurales, permitiendo que trasciendan sus desafíos y mejoren su calidad de vida de manera significativa.