“…Dentro de las ocho dimensiones se encuentra la espiritualidad, la familia, el sistema de salud, el aspecto social, el aspecto funcional, los síntomas, el componente económico y el componente emocional. Los autores destacan la importancia que toma la dimensión espiritual en el constructo de calidad de vida, inclusive más que el bienestar físico, a su vez que esta dimensión es asumida como una estrategia de autocuidado de la salud (Sánchez et al, 2012). Se destaca dentro de los hallazgos de la investigación, que la espiritualidad se evidencia más en el grupo de mujeres que padecen cáncer de cuello uterino, así como quienes presentan cáncer colorectal y de próstata, por lo que los autores concluyen que la dimensión espiritual es un elemento significativo del constructo calidad de vida en pacientes con cáncer.…”