Dinámica Familiar y su Relación con el Embarazo de Adolescentes

Abstract

En un estudio llevado a cabo en el Centro de Desarrollo Juvenil de la RED en Puno, Perú, durante el año 2020, se buscó investigar la relación entre la dinámica familiar y el embarazo en adolescentes. El diseño de la investigación fue de tipo correlacional transversal, con una muestra de 150 adolescentes embarazadas que eran parte de dicho centro. Para evaluar la dinámica familiar, se empleó el cuestionario "Family Adaptability and Cohesion Evaluation Scales" (FASES III) de Olson, Portner y Laves (1986). Para identificar el embarazo adolescente, se desarrolló una encuesta de sexualidad que fue revisada por expertos y sometida a pruebas estadísticas con un alto nivel de confiabilidad (Alfa de Cronbach de 0.92). Los datos obtenidos fueron sometidos a un análisis estadístico de correlación de Chi cuadrado, revelando que no existe una relación significativa entre la dinámica familiar y el embarazo en adolescentes. Se observó que la mayoría de las familias presentaban una dinámica familiar de tipo balanceado (59%), seguido por dinámicas de tipo medio (25%) y extremo (16%). Sin embargo, la dinámica familiar de las adolescentes embarazadas se caracterizó por ser aún más caótica que la de otras situaciones, con ausencia de liderazgo claro y una disciplina menos rigurosa. Los resultados de este estudio indican que no hay una relación significativa entre los niveles de cohesión familiar de las adolescentes y la ocurrencia de embarazos. La mayoría de estas familias presentaban un nivel separado de cohesión, considerado bajo, y una adaptabilidad familiar caótica, lo que generaba conflictos en el entorno familiar y, como resultado, algunas adolescentes buscaban en el embarazo una vía de escape a sus problemas, recurriendo a la calle. En conclusión, la dinámica familiar no parece ser un factor determinante en los embarazos adolescentes en esta población.

Importancia de diagnosticar malformación de Arnold Chiari tipo II a temprana edad gestacional

“…Las malformaciones menores aisladas son mucho más frecuentes y su prevalencia es aún más variable según distintos estudios, reportándose cifras entre 14 % y 35,8 % (Quispe & Cuzco, 2023). La incidencia a nivel mundial de todas las malformaciones congénitas varía entre 25 a 62 neonatos por 1.000 nacidos vivos (Mamani Mamani, 2020).…”

“…Las malformaciones de Chiari casi siempre están presentes al nacer, aunque es posible que los síntomas no se desarrollen hasta más tarde en la infancia. En la edad adulta, los problemas pueden incluir dolores de cabeza persistentes, dolor de cuello y debilidad y/o entumecimiento y hormigueo en brazos y piernas, lo que la convierte en una enfermedad de interés (Quispe & Cuzco, 2023).…”