“…Los pastizales son una fuente importante de biodiversidad, que respaldan la producción de animales de pastoreo y proporciona una gama de servicios ecosistémicos esenciales, como garantizar la calidad del agua y el almacenamiento de carbono en el suelo, (Dignam et al, 2016), pero con la degradación química de los suelos, debido a la acidez y los procesos de erosión, resultantes de un método de sistema de labranza tradicional, es uno de los principales factores responsables de la disminución de la capacidad productiva de los pastos tropicales (Tiritan et al, 2016). Amazonas cuenta con buenas condiciones para el desarrollo de la actividad ganadera gracias a la existencia de una considerable extensión de pastos naturales: 1296427.65 la que se encuentra sobre todo en la región andina (INEI, 2012), las praderas naturales alto andinas son el recurso forrajero de mayor importancia en la crianza de camélidos, ovinos y vacunos aportando más del 85% de la alimentación bovina y su superficie en el país es de más de 15 millones de ha, ocupando el segundo lugar en extensión después de los bosques (INIA, 2014), con la producción de praderas naturalizadas realizando manejos como fertilización incorporando nutrientes al suelo o integrando manejos adecuados, como mejorar el drenaje, introducir nuevas especies o mejorar el sistema de pastores, la comunidad vegetal se altera y se puede observar una reducción en el número de especies y un aumento en el valor forrajero agregado de la pradera (Ramírez , 2013).…”