“…Tales avances se han visto reflejados en diversas publicaciones científicas incrementando el número total de especies reconocidas para el país (e.g., Schmitter-Soto, 2017;Angulo et al, 2015;en prep., & Álvarez-Calderón et al, 2018; entre otros), ampliando los ámbitos de distribución vertical y/o geográfico conocido para varias especies (e.g. Angulo et al, 2015;2017;2018a, b;Arguedas, 2019;Rodríguez-Arias et al, 2019, & Angulo et al, 2020 e incluso añadiendo/describiendo nuevas especies para la ciencia, algunas de ellas con localidades tipo en Costa Rica (e.g., Matamoros et al, 2013;Angulo & Gracian-Negrete, 2013;Angulo et al, 2018a, & Ota et al, 2020, entre otros. Dado esto, el conocimiento sobre la composición taxonómica de la fauna íctica (de aguas continentales e insulares) costarricense ha cambiado, de forma sustancial, en los últimos años; no solo por la adición de múltiples especies y taxones supra-específicos sino también como consecuencia de diversos rearreglos y cambios taxonómicos en los diferentes niveles jerárquicos, principalmente géneros, pero también familias y órdenes Nelson et al, 2016;Angulo et al, 2017;2018;2020 en prep.…”