“…Sin embargo, al mismo tiempo, el sector es predominantemente informal y está asociado con una variedad de desafíos sociales y ambientales persistentes, que incluyen pobreza extrema, deforestación, degradación de la tierra, contaminación ambiental y sedimentación de ríos (Hirons, 2020). Debido a estos impactos negativos, la industria minera ha estado bajo presión y ha comenzado a desarrollar estrategias para abordar las preocupaciones sobre los impactos sociales y ambientales de sus operaciones mineras (Ivic et al, 2021). Estas estrategias van dirigidas a promover en la dimensión ambiental, la utilización de los recursos de manera eficiente, limitar el consumo de recursos, reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), implementar recursos de energía renovable y reutilizar los residuos (Neto et al, 2018), y para la dimensión social, incluir factores sociales positivos como oportunidades de empleo, buenas condiciones laborales, oportunidades de aprendizaje e igualdad de género (Segerstedt y Abrahamsson, 2019).…”