Criar a un hijo significa ayudarle a desarrollarse y a convertirse en un adulto física y mentalmente sano, adaptado al medio en el que vive. Las dificultades ante la crianza de un hijo son las mismas para los progenitores sanos que para los que padecen una psicosis, pero estos últimos presentan problemas añadidos, ya que la enfermedad y sus síntomas pueden hacer que tengan mayores dificultades en detectar y atender las necesidades del hijo. Está demostrado que entre los hijos de psicóticos existe una mayor vulnerabilidad a padecer trastornos mentales que entre la población general, y muestran tasas más altas de alteraciones de la conducta y de las emociones. Hay una serie de factores que pueden disminuir el riesgo que corren estos niños de sufrir trastornos: recibir unos cuidados básicos adecuados, saber que su padre/madre está enfermo, conocer la enfermedad y expresar sus miedos y temores. Apoyar a los padres en su rol parental y realizar psicoeducación con el niño son indispensables en la ayuda a estas familias, y la labor de la enfermera es primordial en estas intervenciones.