La educación formal pretende la transmisión de conocimientos, valores y habilidades a los alumnos, en un contexto social e individual donde se pueden presentar problemas que afectan al proceso formativo, como el sedentarismo, el estrés, la falta de relaciones sociales y el compromiso por el estudio. Dado que la práctica regular de la danza mejora el bienestar general de las personas, el objetivo de esta revisión sistemática es conocer cómo se aplica esta actividad en el contexto educativo y que beneficios reporta. Se empleo la metodología PRISMA para realizar la revisión. Se consultaron las bases de datos Pub Med, Science Direct y Web of Science, empleando las palabras clave “dance, school, college, students”, entre los años 2012-2021- Después de aplicar los criterios de inclusión/exclusión, se seleccionaron 11 artículos para un análisis completo. La danza se aplica en forma de programas extracurriculares, con una o más sesiones de entre 60 min a 90 min por semana, para mejorar el bienestar físico, emocional y las relaciones sociales de los alumnos. Para el caso de los estudiantes universitarios, la práctica de la danza mejora los indicadores de estrés y depresión. La aplicación de la danza en el contexto educativo, puede contribuir con la formación integral de los alumnos en un entorno agradable, que puede maximizar la experiencia del aprendizaje.