“…Las personalidades socialmente aversivas conceptualizadas por Paulhus y Williams (2002), cuyos rasgos más prominentes son la llamada «tríada oscura», formada por el maquiavelismo, la psicopatía y el narcisismo (Furnham, Richards y Paulhus 2013), se han asociado con preocupaciones generales disminuidas por la moralidad (es decir, psicopatía), creencias morales flexibles (es decir, maquiavelismo) y un sistema de moralidad superficial y socialmente deseable (es decir, narcisismo) (Karandikar et al 2019). Estudios previos han observado que los estilos de personalidad aversivos están asociados con una tendencia a responder de manera utilitaria ante los dilemas morales (Amiri y Behnezhad 2017;Djeriouat & Trémolière 2014;Rožić, Švegar y Kardum 2018;Schiffer, O'Dea y Saucier 2022), aunque no queda clara la explicación de este hecho, ya que no siempre que se elige una respuesta utilitarista el motivo es lograr un bien mayor, sino que puede deberse a un déficit en la sensibilidad emocional (Bartels y Pizarro 2011), a una respuesta egoísta que busca el propio beneficio más que el beneficio común (Kahane 2015), o a la elusión del proceso emocional para tomar decisiones cuyo objetivo es alcanzar el éxito personal sin valorar las consecuencias de la propia conducta en otros (Max et al 2018;Schiffer et al 2022). Por otro lado, no parece razonable pensar que las personalidades oscuras realicen conductas con el objetivo de beneficiar a los demás.…”