“…En cuanto los estados de ánimo, el ejercicio físico ha mostrado efectos positivos agudos y crónicos en población aparentemente saludable (Bernstein & McNally, 2016;Crush, Frith, & Loprinzi, 2018;Michishita et al, 2017), con antecedentes de trastornos depresivos o lesiones cerebrales traumáticas (Yakşi, & Uyar, 2017), (Bartholomew, Morrison, & Ciccolo, 2005). Lo anterior, se puede explicar porque al realizar esta práctica, se presentan procesos fisiológicos, como la neuromodulación de neurotransmisores excitatorios (catecolaminas, serotonina, entre otros) e inhibitorios (beta endorfinas, dopamina, etc) y producción de hormonas (insulina, glucagón, cortisol) que regulan la respuesta al estrés y por lo tanto generan sensación de bienestar (Mikkelsen, Stojanovska, Polenakovic, Bosevski, & Apostolopoulos, 2017).…”