“…Habitualmente está conformada del 8-10% de sólidos totales, 5.6% de proteína, 0.6% de grasa, 1.8% de cenizas y 92% de humedad (Goycoolea et al, 1997) respectivamente (Bechtel, 2005). Estos resultados son más altos que los reportados para las aguas de cocción del camarón (53%) (Pérez-Santín, Calvo, López-Caballero, Montero & Gómez-Guillén, 2013), para los del AC del atún, la anchoveta y el pescado silvestre (65%) (Cadena-Cadena et al, 2022;Wu et al, 2018) y que para los del AC de la sardina y el jugo de cocción del atún (56%) (Martínez-Montaño et al, 2021), así como para los de Kilka clupeonella (70%). Esta variación puede ser atribuida a diversos factores como la formación de los complejos de proteína-quitina, proteína-lípidos o proteínapigmentos, a la especie de pescado, a la época de captura, a las condiciones fisiológicas del organismo (el estado sexual de la población), a las condiciones de almacenamiento y de operación durante la elaboración del producto final, lo que resulta en un incremento de la concentración proteica (Bechtel, 2005;Mahdabi & Hosseini Shekarabi, 2018;Martínez-Montaño et al, 2021).…”