“…Para poder aplicar esta técnica deben tener criterios de inclusión que son: pH de cordón umbilical menor o igual a 7 o que tenga exceso de base de más o menos -16, pH del cordón de 7.01 o un exceso de base de -10 a 15.9 en gas de cordón o que tenga sangre en el interior de una hora, sumado a lo anterior deben ser incluidos criterios de riesgo para hipoxia o evento perinatal agudo, puntaje de APGAR menor a 5 a los 10 minutos o ventilación positiva de 10 minutos, evidencia de HIE de moderada a grave que se demuestren con presencia de convulsiones o signo letargias, actividad disminuida, bradicardia, periodo de apnea, criterios de inclusión para demostrar encefalopatía, en caso de tener un EEG se debe evaluar por 20 minutos trazados anormales o evidencias que demuestren que este sufriendo una convulsión que puede ser útil para determinar y demostrar convulsiones en los neonatos con esta patología (Lemyre & Chau, 2018), lo criterios de exclusión son: bebes con riesgo de muerte, anomalías genéticas y congénitas, restricción severa del crecimiento intrauterino, coagulopatía severa y traumatismo craneoencefálico (Chin et al, 2019a;Lemyre & Chau, 2018), el uso de esta terapéutica tiene como efectos secundarios la bradicardia sinusal, hipotensión, trombocitopenia leve, hipertensión pulmonar y prolongar el tiempo de sangrado, arritmias, leucopenia, anemia, hipopotasemia (Fasce et al, 2021). Para que se pueda realizar este plan terapéutico se han establecido dos métodos que son selectivo de cabeza y todo el cuerpo pero no se han encontrado diferencias significativas de utilidad en el uso de los dos métodos, por un lado el uso de enfriamiento de la cabeza puede ser utilizado por diferentes etapas alrededor de la cabeza del bebe con el objetivo de mantener la fontanela a temperaturas por debajo de 30 grados y una temperatura a nivel rectal de 34 más menos, caso contrario con el enfriamiento de todo el cuerpo utilizando una temperatura de 33,5 más menos 0,55 usando enfriamiento pasivo, refrigeración controlada y menos costo en comparación del enfriamiento de la cabeza (Okulu et al, 2019;Stockley & Gowda, 2022;Weng et al, 2021) Existen múltiples biomarcadores que son liberados cuando existe alguna lesión en un órgano como el riñón, corazón, hígado o el sistema hematológico que son liberados en la sangre por lo que el grado de la lesión se evidenciará a largo plazo, en el caso de la encefalopatía hipóxica isquémica no tiene un biomarcador específico que evidencia el lugar y el grado de la lesión, aunque se conoce que el cribado en neonatos puede marcar una diferencia en la sensibilidad y especificidad en la detección de lesiones cerebrales (Ovali, 2022). La muerte neuronal no está limitada solo al periodo de hipoxia e isquemia, si no que está relacionada a un proceso bioquímico que puede conducir a la muerte celular en el cabo de horas o días, en el proceso de EHI hay primero una supervivencia celular que al entrar a una fase latente existe un proceso de hipoperfusión y supresión neural seguido de una falla secundaria que causa una hipoperfusión con la aparición de convulsiones estereotipadas, acumulación extracelular, edema citotóxico relacionado con una aparición de daño cerebral histológico (Marlow et al, 2021;Wassink et al, 2019).…”