“…La revisión de la literatura reveló que algunos autores centran la atención de sus estudios en los leguajes de consulta (Störrle, 2013), otros hacen énfasis en la necesidad de lenguajes de consulta gráficos, que aprovechen las fortalezas de la percepción visual para facilitar la comprensión de las consultas (Zhang et al, 2012;Choi et al, 2009). De igual forma hay autores que proponen herramientas de consulta (Liepiņš, 2012;De Roover et al, 2011;Mendonça et al, 2004;Paul y Prakash, 1994), o las evalúan (Ujhelyi et al, 2015;Alves y Rademaker, 2011), mientras que en otros trabajos se toma como objeto de estudio tanto los lenguajes de consulta como las herramientas (Ujhely et al, 2015;Urma y Mycroft, 2015;Bergmann et al, 2012; Acretoaie y Störrle, 2012;Alves et al, 2011;Verbaere et al, 2008;Beyer et al, 2005;Holt et al;2002). En consecuencia, queda claro que todo mecanismo de consulta requiere de un lenguaje y una herramienta que interprete las consultas y presente los resultados de su ejecución.…”