“…Los mapas conceptuales no solo permiten que el estudiante genere ideas e integre los nuevos conocimientos a los que ya posee, sino también permite que evalúe y mida la comprensión de conceptos (Arellano y Santoyo, 2009), que pueda identificar errores (Mukherjee, Cabrera y Silva, 2018), puesto que el aprendizaje significativo no implica la ausencia de errores conceptuales como utilizar conceptos erróneos, concepciones alternativas, nociones ingenuas y nociones precientíficas (Correia y Cicuto, 2014). Todo ello contribuye a que se sientan más seguros al utilizar mapas conceptuales, pues se incrementa su interés por el aprendizaje (Maldonado y Romero, 2016). Un buen porcentaje de estudiantes percibe esta utilidad, que se evidencia en las oportunidades que tuvieron de sentirse más motivados al aplicar una estrategia centrada en ellos; y, a su vez, poder aclarar conceptos y corregir las ideas erróneas que pudieron tener sobre los mismos, lo cual en cierta medida les permitió tomar conciencia de cuánto estaban aprendiendo.…”