“…Si ampliamos el área al noroeste de Patagonia y a ambas vertientes de los Andes, resulta una abundancia y diversidad mayor de proxies paleoambientales, con la adición de registros glaciológicos, sedimentológicos y dendrocronológicos (e.g., Mercer, 1982;Markgraf, 1983;Jenny et al, 2002;Espizua, 2003Espizua, , 2005Hajdas et al, 2003;Hofreiter et al, 2003;Gil et al, 2005;Whitlock et al, 2006;Espizua y Pitte, 2009;Bianchi y Ariztegui, 2012;de Jong et al, 2013;Frugone-Álvarez et al, 2020). En este panorama, los análisis que involucran restos de micromamíferos sugieren gran potencial, aunque por ahora la indagación sobre este tipo de materiales ha sido escasa (e.g., Pearson, 1987;Pardiñas, 1999;Teta et al, 2005Teta et al, , 2014Agnolín y Pérez, 2014;Fernández et al, 2015aFernández et al, , 2015bFernández et al, , 2016Fernández, 2012;Pardiñas y Teta, 2013;Tammone et al, 2016;Fernández y Pardiñas, 2018;López et al, 2021).…”