La justicia social no es excluyente de la enfermería, pues al brindar el cuidado se está resguardando la integridad del paciente al ir más allá de la persona enferma, ya que, a través de ésta, es que se posibilita la instauración de formas de poder más equitativas. Enfermería es partícipe de la experiencia del cuidado de la salud humana; pero para que esto trascienda debe evitar imponer normas, estándares y reglas, siendo más un observador que un elemento activo en la experiencia del autocuidado y respetando a su vez la autonomía propia del sujeto del cuidado. Así, al transformar la perspectiva de su autocuidado, es que la enfermería podrá generar un verdadero impacto a nivel social.