“…Desde varias perspectivas, se ha considerado que la entonación es un vehículo privilegiado para la expresión de emociones. Diversos autores (Paeschke y Sendlmeier, 2000;Scherer, 2003;Laukka, 2004;Pell et al, 2009;Pell et al, 2011;Dara y Pell, 2008;Cao et al, 2014;Eyben et al, 2016;Truesdale y Pell, 2018;Garrido, 2011;Carbajal et al, 2020;Hidalgo, 2020aHidalgo, , 2020betc. ) han señalado que el temblor que deriva del miedo, la agitación que generan la alegría o la sorpresa, la rabia que producen el asco o el enfado, o el decaimiento que provoca la tristeza, influyen en varias magnitudes prosódicas.…”