En 1625 nació la Infanta María Eugenia, la tercera de las hijas del matrimonio compuesto por el rey Felipe IV y la reina Isabel de Borbón. Esta niña, nacida en veinte y uno de noviembre, fue bautizada en junio de 1626, con la pompa festiva propia de una infanta primogénita, ya que sus dos hermanas mayores habían fallecido al poco tiempo de nacer. Gracias a la relación de sucesos de Antonio Ferrari, de ese mismo año, podemos conocer muchos de los detalles que protagonizaron el día del bautismo de la pequeña infanta, incluido que sus padrinos fueron la reina de Hungría, doña María y el legado papal, el cardenal Barberini. En este trabajo analizaremos los datos existentes sobre el bautismo de la infanta, e intentaremos examinar los diferentes elementos del protocolo, propio de este tipo ceremonias.