El ciberbullying se ha consolidado como una forma alarmante de violencia en Colombia, afectando a un considerable porcentaje de niños y adolescente, especialmente entre los 12 y 14 años, donde la prevalencia alcanza el 43,2%. Un 34,6% de los estudiantes de secundaria reportan haber sido víctimas, siendo las mujeres las más afectadas (38,5%). Este fenómeno, impulsado por teorías de violencia de género y aprendizaje social, se desarrolla en redes sociales como Facebook, Instagram, WhatsApp y la X, representando el 70,2% de los casos. Las consecuencias son devastadoras: el 60,3% de las víctimas sufre problemas de salud mental y un 20,5% ha considerado el suicidio. A pesar de los avances en la legislación colombiana, aún queda un extenso camino por recorrer. La Corte Constitucional destaca la urgencia de un marco normativo integral que aborde la violencia de género digital. Es esencial que, más allá de las leyes y campañas de sensibilización, como sociedad nos unamos para fortalecer la prevención. Esta lucha contra el ciberbullying es un compromiso social y ético global, involucrando a autoridades, educadores y familias. Solo así podremos construir un entorno digital seguro frente a la constante evolución de las tecnologías y los nuevos desafíos que estas presentan.