“…En la actualidad, algunos estudios sostienen una mayor prevalencia en profesiones sociales y asistenciales, considerando el burnout una consecuencia prolongada a situaciones estresantes (Llorent y Ruiz-Calzado, 2016;Moreto, González-Blasco y Piñero, 2018;Orozco-Vásquez, Zuluaga-Ramírez y Pulido-Bello, 2019). Es decir, el sentido institucional de la organización y labor que realizan los profesionales (concordancia entre el trabajo que se realiza y expectativas), recursos emocionales empleados, calidad en las relaciones interpersonales y población diana destinataria de la atención, favorecen un buen desarrollo personal y laboral como factor de protección frente al estrés y burnout (Jenaabadi, Azizi, Saeidi, Haghi y Hojatinasab, 2016;Moral-Jiménez y Ganzo-Salamanca, 2018).…”