El presente artículo revisa la forma de relacionarnos con los bosques desde una perspectiva de bioética forestal compleja. Para el efecto se realiza una investigación bibliográfica y se complementa con las experiencias del autor como un activista en el reconocimiento del valor de toda expresión de vida en los bosques como socioecosistemas. De la revisión se concluye que la bioética forestal redefine las relaciones entre los seres humanos y los bosques en tanto nos hace ver que nuestras concepciones y valoraciones, nuestras formas de actuar y de comportarnos tienen repercusión en el estado de conservación de los bosques. Aunque se reconoce la pluralidad de éticas respecto al bosque lo que se requiere es una ética convergente, intercultural, biocultural, ecofeminista, compleja, que permita poner en diálogo las diversas perspectivas. Se requiere que las diversas aproximaciones antropocéntricas, biocéntricas, ecocéntricas, geocéntricas y cosmocéntricas reconozcan el giro ontológico hacia la valoración de toda expresión de vida humana y más que humana como una forma de cohabitar en convivencialidad, en el cuidado, en el respeto y la armonía con la tierra. En otras palabras, hablamos de un humanismo ecologizado.