“…que incluyó entre sus funciones la promoción del ocio y tiempo libre entre las organizaciones de trabajadores, desarrollando veladas literarias, cursos, excursiones, entre otras actividades (Yáñez, 2016). Si bien no tuvo entre sus objetivos el fomento turístico, su interés en proporcionar condiciones para el disfrute del ocio y esparcimiento entre los trabajadores sindicalizados hizo que, en la práctica, existieran en el Estado durante la década de 1930 dos reparticiones con objetivos similares, aunque con enfoques diferenciados: un Servicio de Turismo, dependiente del Ministerio de Fomento, que vio en el turismo una actividad económica y fuente de ingresos, junto con un Departamento de Extensión Cultural, dependiente del Ministerio del Trabajo, que entendió el turismo, el ocio y el tiempo libre, como derechos fundamentales a promover en el marco de la expansión del Estado, en especial a partir del gobierno de Pedro Aguirre Cerda (1938-1941) y el triunfo del Frente Popular (Silva y Henríquez, 2017). El gobierno de Juan Antonio Ríos (1942)(1943)(1944)(1945)(1946) llevó a cabo en 1942 una reorganización administrativa de distintos ministerios, centrando en la recién creada Dirección General de Informaciones y Cultura, dependiente del Ministerio del Interior, las actividades de promoción turística y del tiempo libre de los trabajadores que hasta ese momento habían estado repartidas en los dos ministerios antes mencionados.…”