El impacto de "Tras la virtud" de Alasdair Macintyre en la filosofía del deporte: los equívocos del paradigma internalista

Abstract

En este artículo analizaremos el impacto que el libro de Alasdair MacIntyre Tras la virtud ha tenido en el ámbito de la filosofía del deporte. Nuestro punto de partida será que los filósofos del deporte han diferenciado entre propuestas internalistas y externa-listas del deporte siguiendo la distinción de MacIntyre entre bienes internos y externos a las prácticas sociales. Con el fin de mostrar si esta apropiación del lenguaje de MacIntyre es adecuada, responderemos a la pregunta de si el deporte actual puede ser considerado una práctica social en sentido macintyreano. Defenderemos que sólo el deporte amateur encaja con la definición de “práctica social” de modo que nuestro deporte contemporáneo no puede ser considerado como tal. Según esto, defenderemos que, en tanto que el paradigma internalista y externalista es una consecuencia de la recepción de la obra de MacIntyre, la filosofía del deporte debe ir más allá de este paradigma dualista hacia uno que no esté fundado en los conceptos de práctica social y bienes internos del filósofo escocés.

Autogovernança Esportiva: Uma revisão ideológica dos fundamentos da comunidade esportiva em relação ao Estado.

“…Bajo estas consideraciones la competición debería conducir a un abandono del sometimiento de lo competitivo en una lógica de suma cero, en la que uno gana en detrimento del perdedor intentando erradicar la justificación de actos inmorales con el objeto de ganar (Simon, 2000) visto que un atleta que, en busca del beneficio propio, viole no sólo las reglas o convenciones, sino los elementos constitutivos, no puede reclamar para sí la victoria pues estaría rompiendo los principios de excelencia y justicia (Devine y López-Frías, 2020). Lo que nos lleva a pensar que todos los atletas, ganen o pierdan, se benefician en el momento en el que dan lo mejor de sí pues favorece a la construcción o consecución de la excelencia (López-Frías, 2015). Con ello no se niega la existencia lógica de la competición por la victoria, sino que, según la interpretación de Sebastián Solanes de Karl-Otto Apel, se opta por la competición en pro a la mejora de la prestación (Sebastián-Solanes, 2012).…”