“…Según la Ley 45/2017, el medio rural alberga en España aproximadamente al 85 % del territorio e integra al 20 % de la población (el 35 % si se incluyen las zonas periurbanas). Se trata de un elemento fundamental que vertebra social y económicamente el territorio nacional, y cuya importancia reside no sólo en su dimensión cuantitativa en términos de superficie, población y economía, sino que también resulta estratégico por el poderoso vínculo que representan con la cultura e identidad de sus pueblos, su protagonismo en el desarrollo de determinados sectores conectados con la agricultura y ganadería, y su labor esencial en la gestión del patrimonio natural y cultural (Moyano, 2009;Sánchez-Zamora et al, 2014). El medio rural presenta, por tanto, un gran potencial para proveer servicios ecosistémicos en beneficio de toda la población, principalmente a través de las funciones de la agricultura, incluyendo no solamente las relacionadas con la producción de materias primas y alimentos derivadas de su naturaleza como sector productivo, sino, además, otras funciones sociales, territoriales y ambientales, vinculadas a su relación con el entorno social, la ocupación del territorio, y su interacción con el medio ambiente.…”