“…El supuesto teórico de la TSC sobre la autoeficacia es contrastable en el mundo del trabajo y las organizaciones laborales. La autoeficacia cumple el papel de moderador (Jex, Bliese, Buzzell & Primeau, 2001) minimizando el impacto de las demandas laborales como la sobrecarga cuantitativa (Jex & Bliese, 1999;Salanova, Grau et al, 2005), la rutina (Grau, Salanova & Peiró, 2012) y el acoso laboral (Meseguer, Soler & García-Izquierdo, 2014). Así también, influye de forma inversa sobre consecuentes relacionados con el malestar psicosocial, tales como el síndrome de burnout (Evers, Brouwers & Tomic, 2002;Gil-Monte, García-Juesas & Caro, 2008) o el presentismo laboral (Lu, Peng, Yen & Cooper, 2014) y, de manera directa con constructos vinculados bienestar como el engagement (Consiglio, Borgogni, Di Tecco & Schaufeli, 2005;Juárez, 2015;Xanthopolou, Bakker, Demerouti & Schaufeli, 2007) o la satisfacción en el trabajo (Boluarte & Merino, 2015;Klassen & Chiu, 2010;Siu, Spector, Cooper & Lu, 2014;Yañez, Arenas, & Ripoll, 2010).…”