ResumenHay una inconsistencia de la perspectiva analítica filosófica de frente a la estructura cerebral; ésta es más que regresión hacia los átomos del conocimiento, que para los analíticos clásicos está en el exterior.A la arquitectura cognitiva cerebral se la puede vislumbrar como un todo sintético que conjunta las dimensiones internas de la naturaleza humana con la externa, es decir que toma en cuenta tanto la exterioridad como la naturalidad y parte de ambas; en efecto el ordenamiento inteligente sabe bordar lo instintivo y límbico con los datos que le da la sensorialidad y a su vez lo instintivo-límbico en lo lingüístico-lógico y lo sensorial en lo lingüístico-lógico para la planificación y la decisión, elementos muy propios y al mismo tiempo simultáneos en la estructura cerebral. Por lo tanto, el absolutizar la analítica es realmente una reducción del conocimiento, más aún, la reducción del significado de los contenidos a los hechos y a la materia, es un contradictorio cerebral, por la naturaleza misma de su estructura que no parcializa ni reduce nada como si es el caso de lo analítico.El empirismo clásico y el del siglo pasado delante de los estudios de la estructura y funcionamiento del cerebro, resulta ser parcial, pues poseen una estructura reduccionista que se asimila totalitaria. No es que sea inválido totalmente, sino que es parcialmente válido, es decir que, si se analizan los contenidos desde la sensorialidad cerebral, es más o menos coherente, pero actualmente, quedarse sólo en ese campo e interpretación, e impertinencia cognitiva.
Palabras claveInteligencia cristalizada, inteligencia fluida, sistema límbico, empirismo, analítico.