“…La comunidad y su visión errónea, objetivó al sujeto desapartándolo de su relación directa con el ambiente, al perder la capacidad de observación de su propia casa planetaria, desechamos y extraviamos la conciencia sobre el cuidado de este ser vivo acoplado a nosotros, se pierde la esencia de ser sujetos y la relación con la otredad, dejamos de ser empáticos, nos volvemos egoístas y en consecuencia los esquemas de actuación se vuelve individualistas, se enfocan únicamente en satisfacer nuestras propias necesidades (Montero, 2015). Como seres humanos, está en nuestra naturaleza la vida en sociedad, la comunidad entonces se fortalece cuando los miembros de la misma, son capaces de afrontar los problemas de su entorno y resolverlos, buscan y trabajan en colaboración preocupándose por sus semejantes, buscando la supervivencia y bienestar del grupo (Vázquez , et al, 2017).…”