“…La LOGSE supuso un cambio estructural en la organización del sistema educativo (García Garrido, 2002) y un cambio curricular importantísimo en la materia de Lengua Castellana y Literatura que afectó, por una parte, a la integración del conocimiento de la lengua y de la literatura, y, por otra, a la consideración de la alfabetización académica como el proceso de formación lingüística para comprender y producir discursos apropiados a cada acto comunicativo (Martín Vegas, 1998). En esta dirección, en estas tres últimas décadas, las diferentes leyes educativas han orientado la enseñanza de contenidos gramaticales con el objetivo de desarrollar las habilidades lingüístico-comunicativas de los estudiantes, aludiendo explícitamente al estudio metalingüístico de la gramática (defendido por lingüistas como los de la Asociación GrOC 3 , GIEL 4 o el Centre for Research and Writing 5 ) e implícitamente oponiéndose al gramaticalismo y el examinismo que ha dominado en la tradición docente (Albalá, 1969;Gumiel Molina y Pérez Jiménez, 2022;Martín Vegas, 2022a). Sin embargo, estos cambios sustanciales en la enseñanza de la gramática no han tenido acogida en las aulas (Montolí, 2020).…”