La acromegalia es una enfermedad rara, causada principalmente por un tumor hipofisiario secretor de hormona de crecimiento (GH), se caracteriza por tener progresión lenta y asociarse a un compromiso multisistémico, siendo el aparato cardiovascular uno de los más comprometidos, llegando, incluso, desde hace más de 10 años a representar la principal causa de muerte. Las complicaciones cardiovasculares se desarrollan como resultado de las concentraciones sanguíneas elevadas de la GH y del factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1), los cuales ejercen efectos directos e indirectos sobre el endotelio, grandes vasos, riñón y los cardiomiocitos; produciendo hipertensión arterial, enfermedad valvular, arritmia cardiaca y una cardiopatía propia de la acromegalia denominada miocardiopatía acromegálica. Luego de la revisión bibliográfica actualizada relacionada con la fisiopatología, manifestaciones clínicas, diagnóstico y tratamiento del compromiso cardiovascular, encontramos que desde el punto de vista cardiovascular los pacientes con acromegalia pueden variar desde un estado asintomático hasta presentar disfunción cardiaca severa, siendo los marcadores bioquímicos y exámenes de imagen herramientas diagnósticas que permiten evaluar el grado de afección cardiovascular para poder brindar un tratamiento individualizado. La normalización de los valores de la GH y del IGF-1 mejora los parámetros cardiovasculares y, por tanto, su pronóstico.