“…La manera en que las personas regulan las emociones afecta a sus relaciones, su bienestar y percepción y experiencia del estrés (Gross, 2002;Lopes, Salovey, Côté, y Beers, 2005;), siendo la regulación emocional, junto a otros constructos transdiagnósticos primarios (Martínez-Vispo, Fernández del Río, López-Durán, y Becoña, 2016;Sánchez-Arribas, Chorot, Valiente, y Sandín, 2015), un concepto clave en el estudio de la psicopatología (Gil-Sanz et al, 2017;Jiménez, Orgambídez, y Pascual, 2015;Segura et al, 2017). Desde este marco, se han conceptualizado las estrategias de regulación emocional como adaptativas o desadaptativas en función de la relación que mantienen con los síntomas psicopatológicos (Aldao, 2012). Esta autora ha considerado como desadaptativas aquellas estrategias positivamente asociadas con los síntomas (p.ej., supresión, rumiación, preocupación, evitación) y adaptativas aquellas que correlacionan negativamente con los síntomas (p.ej., reevaluación, aceptación, resolución de problemas).…”