“…Además de ser el ingrediente principal en la producción industrial de harinas de maíz y de tortillas, está también presente en numerosos alimentos ultraprocesados en cuanto integrante secundario, bajo la forma de aditivo. Sirve, igualmente, en otras ramas de la industria contemporánea como la construcción, por ejemplo, para la aislación térmica (Rojas et al, 2019), en la producción farmacéutica y de vacunas (Lamphear et al, 2003), en los cosméticos (Rincón-Fontán, 2020), los bioplásticos (Qiao, Tang y Sun, 2011;Valderrama, Rojas, 2014), la confección del etanol (Tunrayo, Helming, Voinov y Wiggering, 2017) o la industria química (Sajid, Kiran, Qi, Bajwa y Battochi, 2020).…”