Los retos del mundo contemporáneo hacen evidente la necesidad de herramientas que propicien la participación y acerquen hacia soluciones más justas y sostenibles desde una perspectiva interdisciplinaria. Por otro lado, la disciplina del diseño ha evolucionado hacia prácticas emergentes como es el diseño de servicios, el estratégico y la innovación social, que ubican al diseñador en campos de operación más amplios con la oportunidad de facilitar intervenciones a nivel sistémico. El propósito de este texto es dar cuenta sobre las herramientas metodológicas que hemos adaptado del modelo del Diseño para la Transición de (Irwin y Kossoff, 2015), a partir de una diversidad de talleres y proyectos que van desde la resiliencia hídrica, el fenómeno biocultural del cáncer, la recuperación de saberes tradicionales y nuevas formas de organización en la producción y consumo de alimentos. Nos enfocamos en la experiencia del taller de Diseño para la Transición impartido a docentes del posgrado de la Maestría de Diseño Estratégico e Innovación de la Universidad Iberoamericana de Puebla, que se llevó a cabo en modalidad a distancia en el país, durante la contingencia por la pandemia COVID-19, destacando el papel del Diseño Generativo, provisto a través de la plataforma remota a los participantes, quienes además de familiarizarse con las herramientas, desarrollaron una visión común del problema, localizando iniciativas agroalimentarias en la zona y reconociendo el papel de los estilos de vida como componentes integrales de un cambio hacia otras escalas del sistema. Finalmente reflexionamos como educadores sobre el papel cambiante de la disciplina del diseño, de un enfoque reduccionista y mecanicista, hacia una visión más integral, centrada en el proceso y altamente colaborativa, lo que supone un cambio de mentalidad y sensibilidad del egresado hacia una comprensión de las dinámicas sociales y el cambio en los sistemas.