“…Su efecto ha sido demostrado satisfactoriamente en la mejora de las cualidades organolépticas (Hati et al, 2018) y de la funcionalidad del alimento debido al incremento de muchos componentes (Bao et al, 2020a;Bourke et al, 2018;Chizoba et al, 2017;Pérez-Andrés et al, 2019;Sarangapani et al, 2018;Sonawane et al, 2020) como los carbohidratos, proteínas, aminoácidos (Alves et al, 2020), vitaminas como el ácido ascórbico (Almeida et al, 2017), pigmentos como antocianinas (Pérez-Andrés et al, 2019), antioxidantes (Ji et al, 2020) como los compuestos fenólicos (Thirumdas et al, 2016), otros compuestos volátiles (Bourke et al, 2018;Pankaj y Keener, 2017), etc., además, teniendo como objetivo, aumentar su rendimiento (Bao et al, 2020b) y biodisponibilidad (Akasapu et al, 2020;Bao et al, 2020a). Específicamente, con base en Mandal et al (2018), se ha evidenciado que el PF tiene la capacidad de preservar compuestos bioactivos de interés alimentario y farmacológico, con resultados efectivos en el ácido ascórbico, glutatión, α-tocoferol, β-caroteno y flavonoides, logrando conservar especialmente la actividad antioxidante del alimento.…”