La educación empresarial ha adquirido un gran desarrollo en las últimas décadas. Este auge ha sido simultáneo al de la figura del empresario, al que se le concede cada vez un mayor papel en los procesos de cambio estructural de las economías. Cada vez más, se reconoce la necesidad de más y mejores empresarios para el dinamismo de las economías. En este sentido, la educación empresarial parece una de las estrategias más adecuadas para la promoción empresarial. Sin embargo, al igual que con la propia definición de empresario, no existe unanimidad en cuanto al concepto u objetivos de la educación empresarial. Así, un programa formativo que persiga la aparición de empresarios puede considerarse una iniciativa de educación empresarial. No obstante, desde diferentes ámbitos se amplía esa visión en una dirección o en otra. En particular, la diferente visión predominante en los Estados Unidos y Europa sobre la actividad empresarial en general, y sobre la educación empresarial en particular, han supuesto un desarrollo muy diferente de ésta última. El objetivo principal de este trabajo es analizar las diferencias sobre educación empresarial existentes a cada lado del Atlántico, y las consecuencias derivadas de ello. Esas diferencias permitirían explicar la distinta evolución seguida por la educación empresarial en ambas zonas, así como sus distintos objetivos. En el caso de Europa, la educación empresarial se ha difundido más recientemente, y sus objetivos son abiertamente más amplios que los que se persiguen en Estados Unidos.