“…Existen varios tipos de residuos plásticos, siendo el polietileno y el tereftalato de polietileno (conocido comúnmente como PET, de sus iniciales en inglés), los más comunes en las corrientes de desechos, sin embargo, su reutilización está ganando cada vez más terreno en la fabricación de ladrillos ecológicos [7], mezclas de concreto [8], mezclas asfálticas [9] y como aislante térmico [10]. Específicamente, el tereftalato de polietileno reciclado ha sido utilizado en la elaboración de concretos ligeros, con densidades entre 300 Kg/m 3 y 1850 Kg/m 3 [11] y resistencias a la compresión alrededor de 21 Mpa, los cuales, permiten reducir las cargas muertas y las fuerzas sísmicas en las estructuras. La densidad y la resistencia a la compresión de los concretos livianos está altamente influenciada por el contenido (alrededor del 60%) y la granulometría de los agregados finos (tamaño máximo nominal menor a 10 mm) [12], de hecho, cuando se desean obtener resistencias superiores a 21 MPa se requiere el uso de aditivos plastificantes, los cuales, incrementan los costos de elaboración, por encima del 5% con respecto al concreto tradicional [13].…”