“…Ahora bien, otros estudios previos (Martínez-Antón et al, 2007;Vera-Villarroel et al, 2009) han relevado que uno de los factores protectores que podrían incidir directamente en la disminución de esta sintomatología o en la aparición de la misma sería la presencia de una alta autoestima en los y las estudiantes. Esta es entendida como el proceso subjetivo de percepción y valoración positiva o negativa de sí mismo (Rosenberg, 1965), que varía durante la vida y que, en la medida que se encuentre consolidada y fortalecida, proporcionará a la persona mayores recursos para afrontar problemas personales, familiares o sociales a nivel general, siendo un factor primordial en las conductas de salud (Hidalgo-Fuentes et al, 2022;Panesso & Arango, 2017;González-Rivera & Pagán-Torres, 2018) Estudios previos han mostrado que la autoestima es un predictor de satisfacción vital, en tanto que, a mayor nivel de autoestima, mayor percepción de satisfacción con la vida; por el contrario, una baja autoestima implicaría una menor satisfacción vital (Vilca et al, 2022;Rodríguez et al, 2016). De igual modo, otros autores señalan (Díaz et al, 2018) que la autoestima reduciría el impacto psicológico de eventos estresantes, siendo entonces un indicador de ajuste psicológico y adaptación social.…”