“…La escuela, al ser un sistema complejo que involucra subsistemas como los familiares, educativos y laborales, entre otros, se vio altamente tensionada por esta situación de educación virtual en confinamiento, que resultó impuesta, con un carácter de incertidumbre y grandes demandas (Hurtubia et al, 2021), lo que transformó totalmente la relación educativa, propiciando otras formas de comunicación, en las que los procesos de interacción entre docentes y estudiantes, quedaron mediados por las sesiones remotas, la comunicación asincrónica y, en general, el uso de diversas herramientas tecnológicas. En el caso de los docentes, la carga adicional que ha implicado habituarse a una modalidad de enseñanza distinta, ha derivado en mayores niveles de estrés (Elige Educar et al, 2020;CIAE et al, 2020), lo que sumado al cambio súbito en las condiciones de vida, asociado a la contingencia sanitaria, ha generado una reacción emocional aflictiva tanto en docentes, como en estudiantes, que puede entenderse como una consecuencia más de la pandemia a nivel psicológico.…”