“…son las más frecuentes en la infancia y las únicas anatómicamente posibles en niñas pequeñas(Rodríguez-Almada, 2010;Suárez Solá & González Delgado, 2003).Sin éxito alguno, se ha intentado establecer una relación entre el diámetro del orificio himeneal y la posibilidad de haber sufrido abuso; por el contrario, lo cierto es que ese diámetro varía en una misma niña por diversos factores, como la posición, la relajación alcanzada, la fuerza de tracción sobre los labios mayores aplicada por el perito, entre otras (Committee on Child Abuse and Neglect, 1999;Heppenstall-Heger et al, 2003). En consecuencia, es muy desaconsejable basarse en la medida del orifico himeneal como un elemento a favor, y mucho menos en contra del diagnóstico de abuso sexual.…”