En la Región de las Américas ha habido, en las últimas décadas, un notable incremento de las enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) asociadas a estilos de vida no saludables. Estas enfermedades y trastornos en conjunto, entre los que se encuentran la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la obesidad y algunos tipos de cáncer, son las principales causas de muerte, morbilidad, discapacidad y deterioro de la calidad de vida. Otro aspecto crítico de esta epidemia de ECNT es el alto costo que representan para los servicios de salud el tratamiento y la rehabilitación de pacientes con estas afecciones, factores que acentúan las inequidades existentes. Entre las ECNT, la obesidad merece especial atención, ya que es en sí misma una enfermedad crónica y a la vez un reconocido factor de riesgo de muchas otras. El estudio y abordaje de la obesidad no pueden desligarse de los de otras ECNT por diversas razones: 1) porque comparten algunos factores causales y subyacentes comunes, como la alimentación inapropiada y el sedentarismo; 2) porque al identificar a los sujetos obesos se está identificando a una alta proporción de los sujetos en riesgo de padecer otras ECNT; 3) porque al prevenir la obesidad-mediante la promoción de estilos de vida saludables-se previenen la mayoría de las ECNT; y, por último, 4) porque al tratar al obeso se disminuye el riesgo de que sufra complicaciones y también se reduce el efecto mediador que tiene la obesidad en relación con otros factores de riesgo. El cuadro 1 muestra la prevalencia del exceso de peso (25-29,9 kg/m 2) y de la obesidad (30 o más kg/m 2) en mujeres de algunos países de América Latina y del Caribe (1). Los valores más elevados corresponden a Jamaica, país que podría ser representativo de lo que ocurre en la mayoría de los países anglófonos del Caribe. Puede apreciarse que, con la excepción de Haití, más de 23% de la población de mujeres entre las edades de 15 y 49 años están en sobrepeso y más de un tercio presenta sobrepeso u obesidad. Es de señalar que estos datos, que corresponden a los de la mayoría de los países pobres, son reveladores de la magnitud de las tendencias en la Región. Según algunos estudios diacrónicos, los cambios se producen claramente en el sentido del aumento. En un estudio realizado en Estados Unidos (2) se notificó que en la población de origen hispano se ha incrementado la proporción de obesos de 11,6% en 1991 a 20,8% en 1998 (80% de incremento), mucho más que en otros grupos étnicos. Brasil, que dispone de datos correspondientes a tres encuestas realizadas en 1975, 1989 y 1996, muestra un aumento superior al 100% en la proporción de mujeres obesas de 20 a 34 años de edad (3). Otros datos, disponibles solo para 1975 y 1989, muestran también un marcado incremento de la obesidad en todos los estratos de población encuestados (4).