El objetivo de este artículo es analizar las reacciones, las representaciones y los símbolos que circularon en el movimiento obrero producto de la muerte de Luis Emilio Recabarren en 1924. A través de la revisión y análisis de la prensa obrera, profundiza en las reacciones de anarquistas y comunistas, examinando las representaciones y las acciones conmemorativas que los segundos desplegaron en el espacio público con la finalidad de situar a Recabarren como un patrimonio del movimiento obrero. A modo de hipótesis, plantea que el PCCh desplegó una estrategia para utilizar la imagen del líder comunista con el fin de recubrir de legitimidad una forma particular de hacer política y de organizar a la clase obrera.