“…Lo hacemos por su funcionalidad y porque el instrumento de evaluación ha sido adaptado al contexto español por Alonso (Alonso, Gallego y Honey, 1995), que llamó al cuestionario CHAEA (Cuestionario Honey-Alonso sobre Estilos de Aprendizaje). Aunque la relación de los estilos con el rendimiento no es tan evidente como en los otros constructos, se suele encontrar mayor rendimiento en los sujetos reflexivos que en los activos (Goldfinch y Hugues, 2007;Manzano e Hidalgo, 2009;Esguerra y Guerrero, 2010) Nuestra concepción de la actitud es la de tendencia o predisposición aprendida y relativamente duradera a evaluar de determinado modo a un objeto, persona, grupo, suceso o situación, a partir de las creencias disponibles en torno a los mismos, que conduce a actuar, de modo favorable o desfavorable hacia ellos, consecuentemente con dicha evaluación (Escámez, García, Pérez y Llopis, 2007;Fishbein, y Ajzen, 1980). Las actitudes son una variable con clara influencia en el rendimiento (Autor et al 2007b;Herrero, Nieto, Rodríguez y Sánchez, 1999;House y Prion, 1998).…”