El presente artículo tiene por objetivo evidenciar en qué medida los niveles de corrupción se han incrementado en el Perú durante el estado de emergencia sanitaria, declarada por el Gobierno mediante el Decreto Supremo N.º 008-2020-SA del 11 de marzo de 2020, y sus modificatorias, a consecuencia del COVID-19. Si bien es cierto está demostrado que la corrupción hace daño a los países, con mucha más razón, en tiempos de pandemia, donde el hambre y la pobreza apremian entre los más necesitados que, más que nunca, requieren de sus autoridades ayuda y una distribución justa de los recursos.El enfoque es cualitativo, la técnica empleada ha sido la revisión documental y como instrumento se ha utilizado una matriz de análisis, donde se ha registrado los casos de corrupción suscitados durante la crisis sanitaria.Se puede concluir que este problema de la corrupción va más allá de los valores, de la ética e integridad de las personas, pues ni cuestiones como la vida misma los detienen, para ello, se propone implantar mecanismos de lucha contra la corrupción externos que, si bien es cierto, no terminaran con el problema, pueden ser elementos disuasivos para que se frene de alguna manera con este flagelo.