El Estudio Venezolano de Nutrición y Salud (EVANS 2015), evaluó 1132 individuos, para analizar desde una perspectiva epidemiológica, las interrelaciones entre el perfil antropométrico, la ingesta de alimentos y bebidas y la actividad física. Se encontraron desequilibrios en la ingesta de energía, macro y micronutrientes, sociales, regionales, por sexos y edad. El promedio de ingesta de macro y micronutrientes fue superior en los hombres y disminuyó con la edad. Sólo 14,8% de la población presentó ingesta calórica adecuada, predominó la ingesta deficiente (79,2%) superior en los hombres (85,7% vs 72,9%), más intenso en los adultos mayores. Proteínas: déficit de 25,6% y exceso 39,8%, el déficit mayor en hombres (33,5%) y el exceso en mujeres (47,8%). En minerales y vitaminas, el déficit fue más alto en mujeres, en hierro, calcio, zinc, vitaminas del complejo B, ácido fólico y vitamina C. La ingesta de energía varió desde 2.116 kcal en los andes a 1.688 kcal en Guayana. El sobrepeso por el índice de masa corporal (IMC) fue de 33,4%, superior en hombres (36,7% vs 30,3%) y la obesidad de 28,3%, superior en mujeres (31,6% vs 24,9%). Apenas 24,6% refirieron actividad física regular, vigorosa 15,2% y moderada 9,4% y dedicaron 6 horas en actividades sedentarias. Según IPAQ la inactividad fue de 65%, la más alta reportada por ELANS. En general los países de la región presentan un panorama de malnutrición, que configuran perfiles diferentes entre los países, los cuales deben ser tomados en cuenta en el diseño de políticas públicas orientadas a superar los déficit y exceso.