Evidencias bioquímicas y conductuales indican que el sistema dopaminérgico mesolímbico cumple un papel fundamental en los mecanismos de reforzamiento y recompensa del alcohol (etanol) y otras drogas de abuso. Se ha propuesto también que la actividad de la vía dopaminérgica nigroestriatal determina la sensibilidad cerebral a etanol, lo que parece estar directamente relacionado con los procesos de adicción a la droga. Además de la dopamina, varios neurotransmisores y neuromoduladores están implicados en los mecanismos de reforzamiento del etanol, entre ellos, el ácido gama-aminobutírico (GABA), el glutamato, la serotonina, la acetilcolina y los péptidos opioides (encefalinas, endorfinas y dinorfinas). El alcohol y los opioides comparten características farmacológicas y exhiben efectos similares sobre el comportamiento en animales y en el hombre. Éstos y otros estudios sugieren que las propiedades reforzadoras del etanol se deben, al menos parcialmente, a la activación de los sistemas endógenos de péptidos opioides, proceso que es inducido por el propio alcohol. Esta activación podría, a su vez, aumentar el valor hedónico y los efectos reforzadores de la droga. Los cambios inducidos por etanol sobre la transmisión de opioides podrían contribuir de manera importante a los procesos de intoxicación y a las respuestas neuronales adaptativas que produce el consumo prolongado de la droga. La transmisión opioidérgica puede ser afectada por etanol a distintos niveles, incluyendo la biosíntesis, liberación e inactivación de los opioides endógenos, así como la unión de éstos a sus receptores. Numerosas evidencias sugieren que los receptores opioides mu y delta desempeñan un papel fundamental en el reforzamiento y la dependencia al etanol. Así, las encefalinas y la ß-endorfina actuarían como mediadores fisiológicos de las acciones del etanol en el cerebro, desempeñando un papel crucial en las conductas de alto consumo de la droga. En los últimos años, nuestro grupo se ha centrado en investigar el papel de los sistemas endógenos de péptidos opioides en estos procesos. Las evidencias obtenidas en nuestro laboratorio sugieren que las encefalinas y la ß-endorfina participan en forma diferencial y selectiva en el reforzamiento y la dependencia al etanol.