The World Heritage Convention of UNESCO, which celebrated its 40th anniversary in 2012, was intended to promote the preservation and enjoyment of the world's most important natural and cultural heritage. It is now fast losing credibility because of political maneuvering and the inscription of sites that do not meet requirements for reasons of prestige and tourism development. This also threatens its role as an instrument to improve heritage management. That role is increasingly taken up by international corporations and banks, and globally we may well be seeing a shift from state-based frameworks that all go back to a "European" way of dealing with heritage, a regime, to a global and transnational heritage regime. At the same time, existing infrastructure and legislation in Western countries are under scrutiny as a result of financial crisis and economic recession, and, for developing countries, the wisdom of importing Western procedures and ethics is rightly being questioned.
ResumenLa Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO, que celebra su cuadragésimo aniversario en 2012, tuvo como fin fomentar la conservación y el disfrute del patrimonio cultural y natural más importante del mundo. Actualmente dicha convención está perdiendo credibilidad rápidamente debido a maniobras políticas y a la inscripción de sitios que no reúnen los requisitos por cuestiones de prestigio y desarrollo del turismo. Esto también pone en riesgo su papel de instrumento para mejorar la gestión del patrimonio. Cada vez más las empresas y los bancos internacionales están asumiendo dicho papel, y a nivel mundial es posible que estemos frente a un cambio de estructuras basadas en el estado que regresan a una manera "europea" de ocuparse del patrimonio, un régimen, por un régimen del patrimonio transnacional y mundial. Al mismo tiempo la infraestructura